lunes, 12 de abril de 2010

MEDIA MARATÓN COSTA DE LA LUZ: DE CHIPIONA A ROTA. 11-04-2010



Comienza una nueva crónica para una nueva carrera. Ésta tenía un aliciente muy especial para mi: por primera vez, mi mujer podía acompañarnos aunque sólo fuera a los postres, también vino Elisa pero con lo jartible que es Germán supongo que para ella no era la primera vez.

Como casi siempre, quedé con Germán tempranito para llegar con tiempo suficiente y tener un ratillo para calentar y hablar con los colegas de los otros clubes. Durante el trayecto desde El Puerto a Chipiona, variopinta y amena conversación sobre el dichoso Levante que no había parado en toda la semana y que ahora, no parecía muy amenazante y también sobre las gaviotas que últimamente atacan o al menos acojonan a los corredores que entrenan en los Toruños, eso sí, ayudan a conseguir buenas marcas.

Una vez en Chipiona, rápida recogida de dorsales y saludos a unos y otros. Buen ambiente, pero pocos participantes, apenas 280 inscritos. La organización, entre otras cosas, debe plantearse que no se puede anunciar una media maratón con 15 días de antelación, porque de seguir así terminará desapareciendo a corto plazo.

El recorrido de Chipiona a Rota me pareció muy bonito pero muy mal señalizado. Hasta tres veces llegué a perderme. Nada más salir, Germán se adelanta tanto que se coloca en primera posición, lástima que no haya foto para el recuerdo. Llegamos a una rotonda y allí nadie señaliza el recorrido, suerte que desde atrás alguien grita: ¡quillos que es por aquí! Esto sólo habría sido una anécdota si no se hubiera repetido. Formamos un grupo en el que además del que escribe iban Jesús Helices, Sebastián, Antonio Juliá, Germán y otros a los que todavía no conozco, el ritmo era rápido pero dentro de mis posibilidades. Detrás muy cerca nos seguían los hermanos Andrade, Manu Gasca, David, Antonio Pruaño, todos ellos de la Unión Atlética Roteña.

Llegando a Costa Ballena, se produce otro gran error de la organización: la salida a la derecha no estaba señalizada y el grupo de cabeza y el nuestro sigue a una moto de la policía y a la ambulancia que subían el puente. De nuevo oímos: ¡quillos que no es por ahí dad la vuelta! Lo cual no hicimos porque parecía insolidario dejar tirados a los que estaban llamados a liderar la clasificación. En fin, solo tuvimos que hacer unos 500 metros más que el resto de participantes. Este incidente desanimó a muchos de los que me acompañaban en el grupo, que poco a poco se fueron quedando algo atrás. Seguimos, Jesús Helices y yo durante un buen rato hasta que empecé a irme en solitario; conseguí alcanzar a muchos de los que no se habían equivocado, y ¡menos mal! porque si no es por los hermanos Andrade, ya en el último kilómetro, en lugar de dirigirme hacia la meta me habría metido en la Base Naval, mientras en la rotonda correspondiente en vez de indicarme el camino hacia la meta, otra persona de la organización me echaba la bronca por equivocarme. Es que soy muy torpe… o ¿acaso la organización fue muy mala? Mejor no hablar de las duchas, en las masculinas sólo había agua caliente en una, eso sí el encargado fue un tío muy amable y se agradece.

Pero lo realmente bueno del día estaba por llegar gracias a la hospitalidad de Rábita Ruta y de su presi David Estabiel que nos invitó a su jornada de convivencia: buen comer, buen beber, buena compañía, buenos chistes y como dice un runner que para nada es del montón, ¡eso pisha NO TIENE PRECIO.....!

PD: Lo de la camiseta un detallazo… y eso tampoco tiene precio.